UNA ODA AL AMOR
UNA ODA AL AMOR
El mundo sigue girando con o sin él. Aún me sigo preguntando dónde está el filo tan sublime entre
el odio y el verdadero amor. En qué punto perdemos la cabeza que hace que se atreva en nuestro
camino una serpiente a decidir un ¡ya no te quiero! Quiero dar rienda suelta a mi imaginación para
decir que el amor es todo. Cómo puede ser que ese embeleso de la atracción irresistible con el paso
de los tiempos de un mes o unos años se venga abajo. ¿Falta de entendimiento? o vergüenza a
sorprender con un te quiero junto con esa flor que llevas cuando entras en casa aunque estén todos
los pétalos descoloridos cuando los sacas del bolsillo.
Hay quien sirve para amar y hay quien no sirve para nada. La vida no es una fórmula de ascender
para abajo, jugando con los sentimientos que la vida ha jugado aunque no sean los últimos culpables.
Cualquiera puede ser ángel o diablo y lo que más me atormenta es que todos podemos ser ambas cosas.
El lobo tiene que comer a Caperucita y no por eso deja de querer a sus cachorros. Para entonces el árbol
ya habrá crecido hacia un lado y sus ramas se habrán inclinado hacia el otro. Quienes somos los verdaderos
culpables, ¿la sociedad?, quienes formamos parte de ella o la criatura que ha aprendido lo mal que le enseñamos.
Solo voy a agregar una razonable síntesis, obviamente para aquellas personas que desean amar y quieren
sentirse amadas. Intentemos atinar un poco más porque de no ser así no habremos entendido nada de lo que
para mí es mi mayor orgullo y dignidad; mi familia, mi descendencia, tú y mi eterno amor.
Oscar Janot